14.2.08

"Ese beso" (por Lola Gracia)


Era húmedo e interminable. Abría caminos. Ese beso, en el rincón de un bareto, con el humo de cortina, creaba una soledad artificial en aquella pareja. Cuando ella llegó a casa, el compañero sentimental del momento se olió el cambio de turno. Ya no es mía. Le soltó una torta monumental y ella se marchó del apartamento con el sabor del beso todavía palpitante en sus labios. Sólo había sido un beso. Muy largo. Sólo eso. Pero bastaba para descubrir que no quería lo que tenía. Que ya era libre y así fue murmurándolo al asfalto y las aceras. Con la risa puesta en los semáforos y los viandantes que pasaban por su lado como muertos vivientes. Ella sí estaba viva, resucitada. Su felicidad le impidió percatarse de una moto de infernal acelerón. Y no, no la atropelló. Se la llevó consigo, como los caballeros en las justas medievales. La cazó al vuelo y ambos acabaron la noche de San Valentín haciendo el amor en un paraje presidido por un castillo templario. Al amanecer, ella sintió frio. Comprobó su soledad y una vestimenta extraña de terciopelos y tules. Varias ninfas fueron a su encuentro, la llevaron en volandas hasta el castillo del dulce príncipe motorizado: "A veces, juego a cambiar de época. Me aburro mortalmente con estas damiselas de la corte". Cuando Alicia miró el rostro del caballero no podía dar crédito. Era aquel mismo chico desconocido del bar.
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"Espero que no me dejes en este sitio de por vida", suplicó con la vista puesta en los gruesos muros del palacio.
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"No, querida"--contestó el hombre--"Tú y yo podremos salir de aquí cuando gustéis. Te ha tocado la lotería, princesa".
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(Nota: En este día de San Valentín, y como homenaje a todos los que lo viven con convicción, dicha y paz en el corazón, tomo prestado, y espero que no le importe, este bonito texto del blog de mi querida y admirada Lola Gracia y aprovecho para ofrecer desinteresadamente a esta pareja de tortolitos de aquí arriba el homenaje sentido y sobre todo de buen gusto a la par que elegante de esa preciosa y sobria foto que espero amplien a tamaño carpa de circo y la coloquen en la pared sobre el cabecero de su cama para que así sea testigo de sus más tiernas noches de amor, pasión, desenfreno y regomellos varios. Fdo. El Renterillo).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno bueno, pero q pareja tan mooooooona, jajaja, gracias Renterillo, mucho pruuu, para ti...
La verdad, esta muy graciosa la fotos con los arreglos, el relato esta muy bien también.

Aún me stoy riendo de la foto, jajaja

LOLA GRACIA dijo...

je,je...con las palomicas al fondo..
ya me contarás que eso del pruuuu

Antonio Rentero dijo...

Jajajaja

Pues es un sonido cariñoso que realizan los jóvenes enamorados, a medio camino entre el zureo de una paloma y el ronrroneo de un gato. Debe acompañarse la emisión de tal sonido con una voz com de cervatillo herido y una oscilación lateral de la cabeza sobre su eje vertical de aproximadamente unos 45º, lo que en un montaraz se conoce como acción y efecto de "ronearse" cuando además la cabeza bascula sobre su eje horizontal restregando la barbilla por el propio hombro.

Lo que hace el tiempo libre...