Hari Sheldon es el creador de la Psicohistoria, disciplina capaz de predecir el comportamiento futuro de grandes grupos humanos, en resúmen, predecir la Historia. Y realiza las primeras ecuaciones encaminadas a tal fin en la Universidad Politécnica de Valencia.
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Todo lo anterior no es exactamente cierto. Para empezar la actual Psicohistoria tiene como campo de actuación el estudio de las motivaciones de los eventos históricos ya acontecidos, trata de comprender el orígen emocional de conductas sociales y políticas de grupos y naciones en el pasado y en el presente. Y Hari Sheldon existe sólo en el universo de Isaac Asimov y su Saga de la Fundación o Ciclo de Trántor.
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Lo que sí es cierto es que el Instituto de Matemáticas Multidisciplinar de la UPV está desarrollando una investigación para, mediante el uso de ecuaciones diferenciales, definir modelos matemáticos capaces de prevenir la evolución de ideologías y tendencias de pensamiento en la sociedad.
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En la ficción, el personaje de Asimov explicaba que al igual que en un gas es muy complicado establecer la posición de una de las partículas que lo forman pero bastante más sencillo calcular el comportamiento de la totalidad del gas, con un grupo humano suficientemente grande se podrían aplicar modelos matemáticos que estudiasen mediante la hábil mixtura de Historia, Psicología y Estadística sus comportamientos y fueran capaces de extraer modelos que actuarían como predicciones. Para esto, curiosamente, era necesario que tal grupo fuera realmente extenso (cuatrillones, en la galaxia imaginaria de la Fundación) y sobre todo que permaneciese ajeno a esa aplicación de los modelos analíticos de la Psicohistoria. De ahí que el planeta Trántor, donde se cobijaban los secretos de la Fundación permaneciese escondido con un aura cuasi mítica y la Psicohistoria adquiriese características de saber arcano.
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¿Serán capaces estos estudiosos valencianos de emular al ficticio Sheldon, y adentrándose en las marañas de la Teoría del Caos, los fractales, las curvas de Mandelbrot, las ecuaciones diferenciales (sean lineales, derivadas o mediopensionistas) lograr con éxito sus propósitos?
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Y en cualquier caso... ¿queremos ser tan previsibles? ¿Temblamos de emoción o de miedo?
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