Gasol, a los Lakers

Algunos crecimos en los 80 absolutamente fascinados por cosas como el baloncesto de la NBA.

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Yo era de los adoradores de los míticos Lakers de Los Angeles, los de Magic Johnson, los del Dr. J, Julius Erving y los del absolutamente espectacular Kareem Abdul Jabbar, anteriormente conocido por Lou Alcindor, y tratábamos no siempre infructuosamente de emular su legendario "sky hook" en el recreo.

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Los duelos con los Boston Celtics eran luchas de titanes y por primera y única vez en mi vida llegué si no a aprenderme las alineaciones, sí al menos los nombres de TODOS los equipos de la NBA, de la mayoría de los cuales aún me acuerdo. Luego vinieron otros tiempos, con otros equipos nuevos (Orlando Magic, Toronto Raptors y compañía), cosa habitual en un país donde los equipos de baloncesto de la liga profesional son franquicias que pueden aparecer, desaparecer o cambiar de localización. Este hecho es el que da nombre, precisamente, al equipo amarillo y lila, porque originariamente estaba radicado en la capital del Estado de Utah y se llamaba Salt Lake City Lakers. La franquicia se trasladó a Los Angeles conservando su "apodo", y así cuando años más tarde en dicho Estado surgió otro equipo profesional se denominó Utah Jazz. Cosicas curiosas de los yanquis.

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Como la manía que les entró hace ya uas décadas por llevarse a los mejores jugadores europeos, como sucedió con el inaguantable aunque genial Drazen Petrovic, con Vlado Divac o con el lloradísimo Fernando Martín, el primer español en llegar a la NBA.

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Anque el papel de Martín en la Liga de las Estrellas del baloncesto fue secundario, sirvió de estímulo a muchos jugadores españoles que vieron como sus sueños podían hacerse realidad y llegar a jugar entre los mejores del mundo podrian llegar a convertirse en realidad. Y esto es lo que sucedió con Pau Gasol.

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No sólo llegó a la NBA sino que se convirtió en titular incontestable, en revulsivo de un equipo que si no cosechaba más triunfos no era desde luego por que el español no se dejara la piel sobre el parqué. Y sus esfuerzos han tenido recompensa, quizá la plasmación de ese sueño que todo aficionado al basket tiene: jugar en los Lakers.

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Porque sí, jugar en la NBA ya es todo un logro, pero hacerlo en un de sus equipos clásicos es ya algo estratosférico. Si bien el inalcanzable Michael Jordan logró desplazar de su histórica posición a los Lakers al convertir a sus imbatibles Chicago Bulls en toda una referencia, el halo de equipo histórico de Los Angeles sigue inmaculado, y tener a Pau Gasol jugando en él supone ver colmado un anhelo de esos que uno no se atreve a confesar por temor a ser ridiculizado por los demás. Pues bien, ya es una realidad, el acuerdo se ha tomado y en breve podremos ver a Pau vestido con la camiseta probablemente más chillona de toda la NBA, pero también la que arrastra un mayor halo de gloria.

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Desde el fondo de ese corazón de adolescente obsesionado con la espectacularidad del baloncesto de la NBA, Pau, enhorabuena y gracias por permitirnos ver como nuestros sueños se hacen realidad al mismo tiempo que los tuyos. ¡¡¡SUERTE y gracias!!!