27.5.13

Ecos aznarianos



Lo malo de escribir un texto, cualquiera, al que tengas que poner un título,  es decidir qué nombre ponerle a la criatura, y en este caso el problema era decidir sólo uno.
El fantasma de las Navidades pasadas, Pepito Grillo, la voz de la conciencia, España ya no va bien, el jarrón chino volvió a hablar, la oposición estaba dentro… son algunos de los que se me han ido ocurriendo para etiquetar una pequeña reflexión sobre el revuelo causado por la entrevista concedida días atrás por el expresidente Aznar en la que criticó duramente la política de Rajoy, a quien acusó de incumplir el programa con el que concurría a las elecciones y a quien pedía rectificaciones como una bajada inmediata de impuestos.
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Fue otro expresidente, Felipe González (o “Glez.”, como demoledoramente le bautizó Umbral a cuenta de la investigación del caso GAL y la incriminatoria anotación “Pte. Para el viernes”, que unos interpretaban como “pendiente” y otros como “presidente”) quien acuñó tras perder las elecciones en 1996 contra Aznar aquella comparación entre un exmandatario y un antiguo jarrón de porcelana, de gran valor pero que nadie sabe bien dónde ubicar para que no moleste, para que no se vea, para que no se rompa.
Lo malo es cuando esa voz que nadie quiere escuchar porque nos recuerda a un tiempo pasado (y si fue mejor o peor va por barrios) decide romper el silencio y además desde una postura incómoda porque es directa, crítica, medianamente articulada y además coincide con muchas de las críticas que se reciben desde fuera. Esto es sacar los trapos sucios a colgar en el balcón antes de lavarlos, que los vean los demás, los que nos han estado señalando por llevar manchas en la ropa. Y quien coloca las pinzas ¡es de los nuestros!
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Arroja luz sobre las sombras que se mantenían hábilmente de perfil, pone el dedo en la llaga, resalta lo evidente, no dejó títere con cabeza... elijan el lugar común deseado que la entrevista de marras pasó por todos ellos y cumplió con creces con lo esperado: conflicto, polémica, desencuentro... a cuenta de las diferencias que el tiempo ha matizado entre quien hace una década apuntó con su dedo y quien hoy sigue siendo apuntado por ese mismo dedo, entonces designando como elegido al apagafuegos de los hilillos de plastilina y hoy pidiendo rectificaciones a quien comparece desde la barrera del plasma.
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¿Ha sido Aznar la evolución de la niña de Rajoy, pero ahora dedicándose a señalar que el Emperador va desnudo? ¿Y duele más que señale la desnudez que los dedos de enfrente llevan tiempo apuntando o que lo haga desde casa? ¿Duele la crítica, su certeza o que “es de los nuestros”? Bueno, esto último entroncaría con el jarrón chino, la herencia de la bisabuela (hasta lleva el escudo familiar) que cada vez menos se quiere reconocer como de la familia.
En un país y un momento en el que la experiencia no se valora como quizá sería justo y deseable, desde luego no podemos decir que se aprovecha lo más mínimo cualquier reflexión concienzuda o desatinada ocurrencia que provenga de quienes un día gobernaron nuestros destinos.
Recientemente se ha dicho que la postura crítica y ostensivamente pública de Aznar puede contar con la simpatía de los votos, pero no con la del partido. Y quizá esa conclusión sea precisamente el tejido del que está hecha la capa de desnudez que cubre las vergüenzas de quien recibe una enmienda a la totalidad que, por el mismo precio, ha dejado descolocada a la oposición porque tampoco pueden decir “estamos de acuerdo con las palabras del señor Aznar”… aunque lo estén.

23.5.13

Boston, Londres... Wikiterrorismo


El origen del popular término procede de Hawaii y significa "rápido".
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Al añadirse al concepto de enciclopedia susceptible de estar a disposición inmediata desde cualquier  punto del planeta y pudiendo ampliarse sus contenidos de manera colectiva por todos quienes tuviesen conocimiento sobre determinadas materias nació la Wikipedia (por cierto, objeto del uno de los primeros textos publicados de este blog allá por agosto de 2005) y posteriormente ese prefijo "wiki" terminó adaptándose a todo lo que supone una suma de pequeños esfuerzos, de aportes individualizados que suponen una adición en la búsqueda de un propósito común, véase el ejemplo de la controvertida página Wikileaks.
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En las últimas semanas se han producido dos ataques terroristas con características bien distintas en su ejecución y objetivos pero con concomitancias inobjetables. En la línea de meta del Maratón de Boston se produjeron dos explosiones que acabaron con la vida de 3 personas y causaron heridas a casi 300, incluyendo amputaciones traumáticas de extremidades. Los autores fueron dos hermanos de origen checheno sin vínculo directo de dependencia con organización terrorista alguna aunque sí habían sido investigados por mantener ciertos contactos con la órbita del terrorismo separatista checheno.
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En la operación para atraparlos uno murió en un tiroteo y el otro fue herido. A falta de otras conclusiones de la investigación parece que actuaron solos, empleando rudimentarios métodos para conseguir artefactos explosivos caseros.
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En un suburbio de Londres dos jóvenes de origen Nigeriano han acabado con la vida de un militar de paisano arrollándole primero con un automóvil y posteriormente saliendo del mismo para degollarlo con cuchillos al grito de "Alá es grande". Posteriormente han permanecido en el lugar de los hechos mientras viandantes les grababan con las cámaras de sus móviles ante las que juraban no parar de luchar nunca y que "todos los días mueren musulmanes, esto es ojo por ojo y diente por diente" y pedían la vuelta a casa de los militares mientras pedían perdón a las mujeres presentes por tener que contemplar el asesinato argumentando que en su país eso sucedía todos los días.
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Dos jóvenes, sin conexión aparente con una organización terrorista ni sujeción a una jerarquía. Dos atentados que siembran el terror en pleno corazón de importantes ciudades occidentales regando sus calles con sangre inocente. Pequeños aportes incontrolables e inabarcables a la extensión del terrorismo a nuestro alrededor amenazando con segar la vida de alguien que pasaba por allí en el nombre de causas inarticuladas y con la excusa de responder a sangrientos y crueles hechos que suceden en remotos escenarios, tratando de contribuir con su "granito de arena". Lo peor es que queda la amarga impresión de que esto sólo es el comienzo y que al final y por desgracia habrá que recurrir a este nuevo término:
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Wikiterrorismo.