La muralla china no se ve desde el espacio. Al menos no más que cualquier ciudad o pueblo pequeño, porque no deja de ser un muro de unos pocos metros de ancho, y aunque hay opiniones para todos los gustos, la muralla es hoy una mera excusa para hablar de algo que creo es más interesante. Sin quitarle mérito a esa montonera de ladrillos de más de 7.000 kms. de longitud, que aunque da lugar a impresionantes imágenes también concita la extrañeza de muchos propios y algún extraño con estampas como la de arriba, que te lleva a pensar en que o bien los ingenieros andaban algo cocidos de licor de arroz, o bien no se había inventado aún la línea recta o que sencillamente pensaron que así quedaba más bonico.
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En fin, el tema es que en China han decidido dejar que sus habitantes puedan invertir en acciones de Bolsa extranjera. Si la economía está creciendo allí que es un no parar, han pensado que mejor no poner todos los huevos en la misma cesta y que algo de la riqueza que se está generando allí salga al exterior. Ellos ganan porque participan de lo que hay en el exterior, nosotros ganamos porque no deja de ser una inyección de líquido monetario en un momento en el que, casualmente, estamos empezando a ver vacas flacas. ¿Todos ganamos?
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Desde luego, esto puede ser un hito importantísimo en el establecimiento de China como futura superpotencia predominante en la economía mundial. Si ya hace un par de años, y casi sin hacer ruído, el Gobierno Chino introdujo la modificación legal que permitía la protección jurídica de la propiedad privada, ahora se permite sacar dinero del país vía inversión en valores de los mercados financieros internacionales.
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Los analistas coinciden en reconocer que esto va a suponer un decisivo paso en el establecimiento futuro, y no muy lejano, por cierto, de China como superpotencia predominante. Es casi cuestión de tiempo, y no de décadas sino de unos pocos lustros, que USA y Europa queden relegadas a meros comparsas de la que es hace años la economía más dinámica del mundo. Puede que por primera y única vez en la Historia, y por supuesto con fallos y carencias incluso graves (derechos humanos o respeto al medio ambiente, por ejemplo) un país socialista logre evolucionar a una economía capitalista sin mediar una guerra, una revolución o cualquier otra de estas menudencias. La economía dirigida parece ser que al final sí va a tener sentido, y es la de hacer pasar una nación de mil millones de campesinos famélicos a una de mil millones de burgueses consumistas.
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Todo esto tendrá sus pros y sus contras, pero en cualquier caso era inevitable y quizá no sea del todo negativo que se esté haciendo de la manera en que se está llevando a cabo, sin un poder indiscutible y férreo que programe y dirija, que ahora abra mercados, que ahora permita a empresas extranjeras instalarse aquí, que ahora deje que los nacionales saquen su dinero fuera... o no llegaría a pasar, o sería un desastre o haría aguas por todos lados. Y quizá no haya que irse muy lejos a comprobar como podría haber sido... U.R.S.S. por ejemplo.
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Yo tengo una particular teoría sobre la sucesión del dominio hegemónico mundial, y obedece a un principio simple: la rotación de la Tierra, como siempre vamos hacia el Oeste.
Históricamente todo empezó en Mesopotamia... pasamos después a Egipto, Grecia, Roma, la Europa medieval con Carlomagno, posteriormente España y el Imperio donde no se ponía el Sol, Inglaterra y su dominio marítimo, la Francia napoleónica y la Alemania de Hitler... y ya en el pasado siglo cruzamos el charco y es USA quien tras ganarle la partida a la U.R.S.S. se lleva el gato al agua... hasta ahora, que de nuevo nos desplazamos hacia el Oeste, siguiendo la rotación terrestre, y tras unos años de un Japón desempeñando un importante papel en la economia muundial, ahora le toca a China. ¿Después? India, claro.
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