29.6.08

Cinco cero cinco a eme




Causar daño es lo último que deseo, y no hay prisas, se acelera cuando sea necesario y se va despacio cuando sea preciso.
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En cualquier caso, hay que estar a la altura.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La mayoría no queremos causar daño y menos aún que nos la hagan. A veces ocurre que no podemos evitarlo o simplemente que no somos conscientes.
Pero como alguien me ha dicho recientemente: "El día que aprendí a perder el miedo a equivocarme y fracasar creo que gané mucha libertad y mucha tranquilidad de espíritu".
Y hace unas horas leí algo así como: "avanzar hacia lo que me asusta y analizar lo que no entiendo, me hace crecer como persona..."
Y en eso estamos...

nostromo dijo...

Einnnn?

mande?

Anónimo dijo...

Y cuidado si haces daño sin querer!! Siempre hay alguien que sabe que lo has hecho y va por ti

nostromo dijo...

Enigmática afirmación Sr. anónimo.

Primo, no se si ponerme a temblar ya, por lo que te pueda pasar o esperarme.

Antonio Rentero dijo...

Avancemos, pues. Con las precauciones habituales, evidentemente.

Querido primo, no creo que tengas que preocuparte. Ademas, siempre estan "los miami" :-)

madog dijo...

Nada
Hoy me he montado en el coche, he puesto la radio, he bajado un poco la ventanilla... como todos los días. Pero hoy he vuelto a llorar mientras conducía, como hacía tiempo que no hacía. ¿Por qué?... Por nada. Porque nada es lo que queda cuando pierdes algo que no tenías. Porque nada es lo que te puedes permitir sentir cuando no hay razón para sentir rabia o rencor. Cuando el dolor no te está permitido porque de sobra sabes que te suele arrastrar a tu infierno particular en compañía de tus fantasmas. Porque nada es lo que hay cuando sientes el estomago vacío y no te apetece llenarlo con grandes cantidades de glucosa, o peor, cuando en una segunda fase intentas suplir ese vacío con grandes cantidades de cualquier cosa hasta no poder más.
Y como resulta que una se convirtió hace tiempo en una buena chica, pues eso. Lo aceptas todo, lo comprendes todo y a tratar de estar bien y no molestar mucho. Con lo bien que sentaba, cuando eras una chica no tan buena, eso de pelearse con el mundo y luego volver a reconciliarse con él.
Pero hoy... nada, sólo el recuerdo de una conversación vacía..."¿Cómo estás?.-Bien ¿y tú?.- Bien.-Pues nada.
Nada que hacer, nada que decir y en nada convertido el abrazo que deseas dar y recibir. Aceptar que nada fuiste y que desde la nada hay que volver a empezar.