29.11.07

El cerebrín


Este jóven con evidente pinta de empollón de aquí arriba se llama Carlos Blanco. Y tiene una mente maravillosa. Un celebro que pa qué, diríamos en Murcia.
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Algunos lo reconoceréis de hace casi 10 años, cuando "Crónicas Marcianas" aún podía verse (porque sí, hubo una época en que era un "late night show" más que digno), Carlos salía y con apenas 14 años daba unas lecciones auténticamente magistrales principalmente sobre Egiptología, que era su especialidad, era una aténtica eminencia (dió su primera conferencia a los 12 años) aunque también abordaba otros temas no sólo con un insultante desparpajo y hablando con la vertiginosa velocidad del opositor que se sabe el temario como el padrenuestro. No era sólo eso lo que maravillaba. Lo mejor, lo que a mí al menos me hacía interesarme por él era que se notaba en sus ojos la chispa brillante de quien disfruta con el conocimiento, con el saber y ADEMÁS adora divulgarlo. El Sardá casi tenía que ir frenándole.
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Tiempo después en ocasiones me he preguntado qué sería de la vida de esta mente privilegiada, y mira por donde, pues ha aprovechado el tiempo... y sí, también tiene su propio blog, alojado en las páginas de Periodista Digital.
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Es Licenciado en Filosofía y también estudia Química y Teología. Se maneja en inglés, francés, egipcio, árabe, alemán, ruso, latín, griego, copto, hebréo, chino, sánscrito, italiano, portugués, acadio, demótico, sumerio y galés. Y eso con 21 años. Casi ná. Tiembla, César Vidal.
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Pues además de eso y de supongo que otras muchísimas cosas más, le ha dado tiempo al muchacho a escribir un libro, "Mentes maravillosas que cambiaron la humanidad". Carlos Blanco sabe mucho, pero al mismo tiempo también es muy jóven, y tiene encima un gran don: la sencillez, no sólo la humana, sino la de la comunicación. Su lenguaje es asequible, no es alambicado ni resabiado ni tienes la sensación de que te esté soltando una pesada clase académica. Al contrario, es tan llano en su prosa que algunos comparan sus dotes divulgadoras con las de grandes figuras como Isaac Asimov o Carl Sagan, que aproximaron la ciencia a la gente de a pie y consiguieron que generaciones de niños y jóvenes nos interesásemos por la física, la astronomía, la biología...
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En "Mentes maravillosas que cambiaron la humanidad" Carlos Blanco habla de manera amena y clara de la Historia de la Ciencia, hay Astronomía con Copérnico y Galileo, Física con Max Plank y Albert Einstein, Economía con Adam Smith, hay Genética con Mendel y Ramón y Cajal... que por cierto, gracias a que Fulgen lo ha buscado, nos enteramos de la auténtica AUTORREFERENCIA, ya que la Real Academia de la Lengua Española define GENÉTICA como "perteneciente o relativo a la genética"... ¿cuánto hemos quedado que cobraban los académicos estos?
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Y claro, como no... Carlos termina el libro con sus temas favoritos de toda la vida, la ciencia y la filosofía de la Historia Antigua, con Euclídes... y cierra el libro el último capítulo, "Todas las mentes pueden ser maravillosas"... estas son sus palabras:
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"la inteligencia sólo es una faceta de la persona entre otras muchas, y lo importante es aceptarse a uno mismo tal y como se es y esforzarse siempre por mejorar. Y eso se consigue cultivando el aprendizaje".
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Ahora es cuando salís corriendo a comprar el libro y a leerlo y a disfrutarlo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguro que en el colegio sus amiguitos lo forraban a hostias.

Yo lo haría.

Nostromo

Antonio Rentero dijo...

JAJAJAJAJA

Sí, la verdad es que el pobre tiene una cara que parece decir "quítame el bocadillo, búrlate de mí y traumatiza mi infancia".

Pero es que tú siempre has sido un poco malote, y además últimamente te está saliendo el barrio :-) que te recuerdo que el otro día a los Vikingos les decías (nos decías) "anarquía y cerveza fría"... y menos mal que al final no te has comprado la H&D!!!!

Imperator dijo...

Joer, que bueno pa suplantar personalidad en las oposiciones...

Tigretón dijo...

Forrao a hostias no sé, pero seguro con las orejillas soplillo al zagal más de un tirón de orejas le tienen que haber dao sus coleguitas, en su "más tierna infantitud" (según palabras de un amigo mío, aún no sé si en plan pedante-chulesco o era coña)

"- Carlitos tradúceme este texto al demótico, o mejor al sánscrito, no, no, al copto".
Este tío tuvo la ventaja de que vio "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson pendiente de toda la pantalla y no leyendo los subtítulos, pero y ¿"Apocalipto"?... pues... lamentablemente no ocurrió igual, porque no controla el maya. Aja! ¡Pillado!

Antonio Rentero dijo...

Ay, Imperator, siempre pensando en lo que todos los españoles... que no, no es el sexo, es en ser funcionarios.

Y Tigre, es que tú tb, no le has dado tiempo al chaval... espérate que tenga 30 años.