
.
Pero ahí lo tienes, ni postoperatorio ni gaitas, al día siguiente y con unos rapados y una pinta que parece haberse escapado del laboratorio del doctor Frankenstein ("se pronuncia Frónkonstin") a medio tratamiento, con su cuello isabelino y todo, corriendo, saltando, trepando por todos lados y al menos en esta foto, con pinta de lámpara marciana del IKEA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario