21.10.07

Fuerza y honor



Juan Antonio Cebrián ha muerto. Pero no nos ha dejado. Siempre estará en nuestra memoria.
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El creador y conductor de "La Rosa de los Vientos", probablemente el programa de radio más enriquecedor de la historia del medio en España, ha fallecido a consecuencia de un infarto de corazón inesperado y fulminante que ha parado su joven corazón, sólo 41 años. Los rosaventeros estaremos ya siempre de luto, porque la herencia que nos ha dejado es el ansia por el saber, la curiosidad por la información, el amor a la verdad, el respeto de los amigos verdaderos, la pasión por la Historia, el apego a la cultura y la generosidad de la comunicación. Y todo esto es un sentimiento que una vez que arraiga nunca se borra
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Cuando me enteré no me lo podía creer, como nos está pasando a todos los que le seguíamos, y anoche a la 1 de la mañana saber que ya no iba a escuchar su voz darnos la bienvenida al programa de Onda Cero que nos otorga esos 360º de conocimiento resultaba duro.
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Cebrián tenía carisma, e innegable, pero además desgranaba datos con una capacidad maravillosa para encantarnos a sus relatos históricos, literatios, científicos, "alternativos"... porque Cebrián dió cancha en su programa tanto a las narraciones de episodios históricos irrefutables como a los temas de OVNIs, continentes perdidos, parapsicología... el ansia de conocimiento no paraba en academicismos, y la célebre "Tertulia de las Cuatro C", con Bruno Cardeñosa, Carlos Canales y Jesús Callejo, nos reunía los domingos por la noche junto a la radio como en un conciliábulo de lo desconocido, lo misterioso, lo oculto... y todo ello teñido de un magnetismo único, el de su voz, el de su palabra, el de su estado de ánimo, siempre amable, didáctico, sencillo... y siempre de buen humor.
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Siempre tenía una broma improvisada para despedir a los colaboradores, siempre un comentario divertido, y esencialmente siempre una voz que te resultaba amiga, cómplice. De esa forma cuando le escuchabas relatar momentos épicos, ambientados con esas músicas espectaculares que tan bien sabía escoger, te quedabas con ganas de más, y la consecuencia lógica era buscar libros que te ayudasen a profundizar en lo que habías atisbado y también a buscar grabaciones de sus programas en Internet, entre las docenas de páginas web que existen, como Rosavientos.es o el Podcast de La Rosa de los Vientos con archivos en MP3 de programas íntegros o de sus "Monográficos", sus legendarios "Pasajes de la Historia" o las "Tertulias 4C", que quizá muchas veces versaban sobre temas que no todo el mundo comparte o en los que no crees, pero que no por ello dejaban de ser interesantísimas.
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La voz de Juan Antonio Cebrían, sin embargo, no se ha apagado. Subsiste, como digo, en centenares de archivos que recogen más de 1.500 programas de "La Rosa de los Vientos", algunos incluso de sus programas anteriores como "Turno de noche". Y sobre todo permanece viva no sólo en nuestro recuerdo, sino en nuestra vida, porque gracias a la afición que nos hizo desarrollar a escucharle, seguiremos descargando de Internet los programas que nos perdimos, porque aún no le conocíamos, los que ya hemos oído pero queremos volver a disfrutar... y gracias al extensísimo y riquísimo legado que nos ha dejado, muchas serán las horas que aún nos quedan por delante de recordarle, de dejarnos trasladar por su voz a lo largo del tiempo y el espacio, de ahondar en el conocimiento de nuestra civilización, del pasado, el presente y el futuro.
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Silvia, su mujer, y Alejandro, su pequeño hijo, estarán viviendo horas amargas, pero debe quedarles el consuelo de haber compartido su vida con alguien tan extraordinario y también de saber que todos los rosaventeros llevamos a Juan Antonio en nuestro corazón y que nuestros mejores deseos están con ellos.
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Como gustaba decir a Cebrían, para siempre... FUERZA Y HONOR!!!
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(PS: No suelo hacerlo, pero edito excepcionalmente la entrada para añadir la sintonía de cabecera del programa "La Rosa de los Vientos", una pieza perteneciente a la película "El inglés que subió una colina pero bajó una montaña" , compuesta por Stephen Endelman, y cuyas notas, para siempre, nos evocarán a Juan Antonio y el mundo maravilloso que logró poner al alcance de nuestra imaginación).
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6 comentarios:

José Córdoba dijo...

Muy triste noticia. Yo descubrí la rosa de los vientos gracias a ti, cuando lo recomendaste en el extinto foro de preestreno. Desde entonces era un fiel oyente. La verdad es que aunque no nos conociéramos en persona, su muerte se siente mucho. Una pena, sobre todo porque era muy joven.

Imperator dijo...

La verdad es que es una pena con mayúsculas. Daba gusto escuchar sus relatos, tengo algunos audios suyos, Trafalgar, la División Azul...lo dicho, una pena.

LOLA GRACIA dijo...

Su frase? Ser feliz como una lombriz?
Recuerdo las madrugadas de taxis en Madrid...siempre Cebrián en la onda de todos los vehículos.-

Antonio Rentero dijo...

Hola, José... cuantas cosas hemos compartido a pesar de la distancia ¿verdad? Ya has visto que Cebrían no tenía oyentes, tenía discípulos entregados y abnegados a su verbo mágico que no contentos con enriquecernos personal e intelectualmente animábamos a cuantos conocíamos a que se uniesen a nosotros en este deleite.

La mayor pena, con todo, es Silvia Casasola, su mujer, eterna compañera, luz de sus días y sus noches (Juan Antonio era ciego) y apoyo constante, quien ahora encontrará a faltar a su lado a su complemento perfecto. Como siempre, lo peor de la muerte de alguien es lo sólos que nos dejan a los que quedamos.

Y sí, Imperator, su forma de narrar episodios históricos era absorbente, hipnótica... y para colmo SIN PAPELES de apoyo, todo basado en su prodigiosa memoria... una auténtica mente maravillosa, o como diríamos en Murcia "un celébro que pa qué" ;-)

Querida Lola, la noche será distinta a partir de ahora, pq la voz de Cebrián nos alejaba de las miserias humanas y del deporte (reyes absolutistas de la madrugada) para adentrarnos en la república del saber, del conocimiento, del pasado, de nuestros orígenes, de nuestros misterios, de nuestros anhelos...

nostromo dijo...

Pues no tenía el placer de conocerla (su obra) aunque te he oído nombrar miles de veces su programa, la rosa de los vientos.

Como lo que siempre tienes entre manos (salvo deshonrosas excpeciones) es de calidad excepcional, me da pena no haberlo descubierto antes.

Un saludo y que descanse en paz.

Antonio Rentero dijo...

Gracias por la parte que me toca, primo, pero luego me aclaras esas deshonrosas excepciones ;-)