28.4.07

La sardina de agua dulce




Pues nada, nos han puesto en mitad del Segura una sardina de bronce, obra del escultor Miguel Llamas, amigo al que aprovecho para reiterar la enhorabuena por ello y mandarle un cariñoso abrazo. A mi me gusta el monumento porque es original la simple idea de meter una sardina así de grande en mitad del río, que ahora tenemos un motivo más para asomarnos a mirarlo cuando paseémos por la orilla. Además parece ser que no es demasiado frecuente esto de poner esculturas en mitad de los cauces fluviales. Pues mejor. Además me gusta particularmente ESTA sardina porque tiene toda la pinta de las sardinas de plástico que tiraban antes en el Entierro de la ídem de cuando aún no me habían salido pelos en las piernas.



Precisamente de eso estuve hablando con el escultor el viernes en un ratico que nos vimos en el despacho, y él mismo me confesó que los críticos se lo iban a merendar y que mucha gente no lo entendería, pero que su idea era conseguir que los murcianos nos identifiquemos con ESA sardina porque en ella veremos la de plástico de hace años, la que el subconsciente guarda en los recovecos de la memoria, aquella sardina de plástico con la que jugábamos luego en verano llenándola de agua y haciendo con ella una herramientapara salpicar a distancia a las mozas. Y por eso me parece también una estupenda idea que del morro de esa sardina tristona, varada frente a los Molinos del Río salga un surtidor de agua. Desde luego es más fácil identificar ese recuerdo y vincularlo a la condidión murciana que el Monumento a Darth Vader que han puesto en la plaza Fuensanta.



En el muy recomendable blog de AchoPijo el tema está candente. Nos hemos pasado por allí a comentar el asunto del monumento y el de la inauguración del mismo. Os invito a adentraros en el mundo de AchoPijo de la mano de la sardina... o de la aleta, vamos.



2 comentarios:

Imperator dijo...

En Córdoba hay algo parecido en el rio, creo recordar que una escultura que asemaja a un tio sentado tomando el sol, no está mal.

Antonio Rentero dijo...

Vaya, sólo he estado una vez en Córdoba, cuando fuí a comprar mi moto, y no me fijé... habrá que volver...