Tal día como hoy, en 1986, el reactor número 4 de la central nuclear de la localidad ucraniana de Chernobyl, próxima a Kiev, se trastornaba una miaja, ocasionando el que probablemente sea el accidente nuclear más famoso de la Historia.
Aún hoy es dificil cuantificar las víctimas humanas derivadas del evento, puesto que los vientos dispersaron la nube radioactiva por media U.R.S.S. llegando incluso a zonas de Asia, norte de Europa e incluso tras atravesar el Círculo Polar Ártico, a Groenlandia y Canadá.
Recuerdo bien el accidente nuclear porque además de que coincidió con el día del cumpleaños de mi padre, por aquella época, prostimerías de la Guerra Fría y a punto de caer el Muro de Berlín (cosa que sucedió años más tarde... en el día de mi cumpleaños), la psicósis radioactiva cundió incluso en España, con lo lejos que nos pillaba la tragedia. Por algún lado tengo guardados recortes de periódicos de esas fechas en las que día a día se informaba de la evolución de la catástrife y sus consecuencias, entre ellas del alcance de la nube radioactiva que día tras día se extendía por media Europa.
Tristemente célebres son "los liquidadores", aquellos "voluntarios" que se dedicaron en las primeras horas a tratar de contener la fuga del reactor número 4 y cuyo sacrificio les costó la vida de manera fulminante, en algunos casos sobrevivieron sólo unos pocos días y los pocos que se salvaron no fue sino para padecer terribles secuelas.
No sólo la población del área circundante, que fué rápidamente evacuada para siempre sus hogares, también la naturaleza sufrió las consecuencias, y tanto flora como fauna, a través de la radiación o de la posterior lluvia ácida, se vieron atacadas.
Hoy día la zona continúa deshabitada, aunque precisamente ese abandono de la mano del hombre parece haber permitido que poblaciones de animales se hayan adaptado darwinísticamente al ambiente y vivan en una particular reserva de la naturaleza.
Los más valientes, como una motera rusa llamada Elena, pueden hacer un viaje casi sin detenerse en moto por la zona, atravesando lo que hoy se conoce como Ghost Town (Ciudad Fantasma) y, a pesar de todo, maravillarse con las terribles consecuencias de las catástrofes producidas por el hombre.
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