Pues sí, amigos, ya puedemos sustituir nuestros chalecos reflectantes por estos cómodos gatos fluorescentes, que además se agarran ellos sólos.
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Como siempre en estos casos, la información la tenéis en ese otro blog que me empeño en convertir en visita asídua del internauta de pro, y que lleva por nombre la murcianísima interjección de sorpresa Quísparate.
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