Hemos salido Chiara y yo a pasear esta tarde por la orilla del Segura, por la mota, desde donde en tiempos estaba el Club Remo, en dirección Alcantarilla, hasta que ya se ha hecho hora de volverse, que es una bonita forma, creo yo, de decir que nos hemos vuelto cuando nos ha dado la gana. Por momentos me he sentido transportado a otros tiempos, cuando pasear por la orilla del río, en Murcia, era casi un deporte nacional. Ahora la gente no pasea por la mota, salen a hacer footing o montar en bici. Eramos los únicos paseantes.
Ha sido también muy evocador de un tiempo pasado a la par que mestizador de nuestra herencia huertana con la suya italiana, el hecho de que justo donde hemos dado la vuelta, Chiara haya aprovechado para atarse el calzado... una especia de sandalia atada a la pierna como unas esparteñas.
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