Bobby Fischer: el último jaque mate

Bobby Fischer tenía 64 años cuando ha muerto hoy. Tantos años como casillass blancas y negras tiene un tablero de ajedrez.

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Su vida fue una altenancia entre la luz y la sombra, entre la genialidad y la locura, el éxito y el ostracismo. Con sólo 14 años fue Campeón de Estados Unidos, a los 15 se proclamó Gran Maestro, pero alcanzó la gloria al derrotar (11 tablas, 3 derrotas, 7 victorias) al Campeón Mundial, Boris Spassky, en agosto de 1972 en una mítica partida celebrada en Reykjavík (Islandia), convirtiéndose así no sólo en el primer (y hasta el momento único) estadounidense en ganar el Campeonato Mundial de Ajedrez, sino en el occidental que logró finalmente romper el monolítico dominio soviético sobre esta disciplina que duraba desde 1948. Aún coleaba la Guerra Fría y la victoria representaba un significado más profundo.

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Desde aquel momento el éxito fue abrumador y se convirtió en una auténtica celebridad, aunque precisamente ahí comoenzó su declive, pues al tener que defender su liderato en 1975 ante el aspirante Anatoly Karpov planteó tales exigencias que la Federación Mundial de Ajedrez no transigió y al no presentarse se le desposeyó del título por incomparecencia. En ese momento desapareció de la vida pública

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No sería hasta 1992 que reaparecería para celebrar una partida conmemorativa del vigésimo aniversario de su enfrentamiento contra Sparssky, la llamada "partida del siglo", auspiciada por un excéntrico magnate yugoeslavo en Montenegro. De nuevo la política y la guerra marcaban los tiempos. Estados Unidos mantenía un embargo contra la ex-Yugoeslavia y consideró traición el que Fischer acudiera. Se le colocó en la lista de los más buscados por CIA y FBI y de nuevo Fischer desapareció... tras ganar de nuevo al soviético.

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En 2004 fue detenido en Japón por usar su pasaporte americano (que había sido anulado por USA) y tras un forcejeo diplomático Islandia le concedió asilo político y allí se marchó Fischer a pasar sus últimos días en medio del anonimato y viviendo casi como un ermitaño en una soledad profundamente respetada por los islandeses, que sentían por él veneración, hasta que ha perdido su última partida.

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Fischer tuvo una infancia problemática y una adoescencia eclipsada por su genialidad sobre el tablero, y quizá consecuencia de esa mente magistral que tantos Grandes Maestros han ensalzado y alabado desde hace décadas sea la vida que ha llevado, donde ha sido capaz probablemente de alcanzar los límites de una disciplina (¿ciencia, deporte, religión, filosofía...?) como el Ajedrez, donde el azar, la sabiduría, la reflexión, la genialidad, la sensibilidad e incluso el arte se entrelazan para bucear en las profundidades de las neuronas cerebrales y dar lugar a un rito ancestral donde quizá no sólo se enfrenta al jugador con su adversario, sino también consigo mismo.

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En 1993 se estrenó una película, "En busca de Bobby Fischer", sencilla pero tremendamente dura, que se aproximaba a lo que pudo haber sido el drama de Fischer. Un niño despunta como genio del Ajedrez y seguimos su evolución, sus enfrentamientos externos e internos, las competiciones, cómo vive su familia y sus maestros las consecuencias de tal genialidad... y cómo se derrumba... y vuelve a salir adelante.

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Recomiendo vívamente ver esta película para alcanzar a comprender lo que puede haber sido el drama de ser Bobby Fischer... y la gloria.

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Descanse en paz.