21.8.08

JK 5022


El vuelo nunca llegó a su destino, de hecho apenas si logró despegar.
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Hacía 25 años que una catástrofe aérea de similares características no sucedía en España, y hoy es el día del dolor, de conocer más detalles de la tragedia, de los espeluznantes relatos de los supervivientes, de la congoja al ver el llanto de los familiares de los fallecidos.
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Muchos albergan miedo hoy, y lo harán durante un tiempo, ante el avión, ese símbolo de lo pequeño que se ha vuelto nuestro mundo. Es lógico porque ha muerto mucha gente en un instante, pero al mismo tiempo hay que insistir en la seguridad de volar. Todos los días muere alguien en un accidente de automóvil pero no por eso la gente deja el coche. El goteo constante de los sangrientos fines de semana en las carreteras pasa a ser casi una estadística impersonal y fría. Cuando un avión se estrella es noticia de portada y durante días no se habla casi de otra cosa. Y al cabo del día despegan y aterrizan con normalidad millones de vuelos en todo el mundo, con decenas de millones de personas transitando los espacios aéreos internacionales.
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Hoy sale mi Lola rumbo a Vietnam desde Barajas y aunque ayer estaba tranquila y hoy por teléfono desde la terminal también lo parecía supongo que a estas horas, cuando su avión esté despegando y vea por la ventanilla los restos chamuscados del avión accidentado ayer no podrá evitar un encogimiento en el corazón. Para ella especialmente y para todos aquellos que sientan lo mismo espero transmitirles un mensaje de confianza y contribuir a que no se dejen vencer por el miedo.
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Para todos aquellos que ayer vieron como se les quedaba parte del alma en Barajas desearles que sean capaces de sobreponerse a la pérdida de familiares y amigos, a los que resultaron heridos que sanen pronto las lesiones externas y que las internas no les atenacen con el frío del miedo, y a los que ayer emprendieron el viaje definitivo, que descansen en paz.

2 comentarios:

nostromo dijo...

Qué tristeza Dios Santo!

No tengo palabras, pero la divina providencia, el destino o lo que sea está machacando a Madrid.

Y lo de los accidentes de tráfico, eso no tiene nombre, cada fin de semana rabio de impotencia cuando dicen las cifras.

Y qué podemos hacer? este no es el momento, ya lo comentaremos.

Vs

François de Fronsac dijo...

Claro que, a quienes iban en el avión y pueden contarlo, eso de que es el medio de transporte más seguro le sonará a macabro chiste...