La plaza del centro del pueblo al atardecer, carteles de un pasado festejo taurino en honor a las santas patronas de Huéscar, Alodia y Nunilón (sí, son nombres de chica) o el idílico paraje de Fuencaliente.
En el aire, trinos de pájaros, y flotando mágicamente, como en una peli de esas plastas pero que tienen "una fotografía mu chula", el viento transportaba minúsculas partículas procedentes de las flores.
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