31.10.06

Halloween 2006


Estos Erasmus están locos... organizan una fiesta de Halloween en la mítica Casa de los 9 Pisos, y claro, luego viene el vecino de al lado a decir "comprended que tenemos que descansar"... y el dueño del piso le respondió sin pestañear "y usted comprenda que tenemos que divertirnos". En fin.

Ambiente nada muerto para esta celebración de ultratumba, calabazas con sus velas dentro, comida de diversas procedencias, bebida a mansalva... las norteamericanas (vaya usted a saber la razón) llevaban adosadas a la mano litronas de cerveza sujetas con cinta aislante. Las letonas y la irlandesa cantaban mientras Juan tocaba canciones de U2 con la guitarra... y yo conocía a Chiara, una milanesa guapa, simpática, divertida, enamorada de la música, la fotografía, la literatura, el cine y los gatos... viajera... con moto... el sueño de todo Satanásico!!!

Luego seguimos la celebración, acompañado de Mª Ángeles, en Super 8, donde Pedro Alberto había organizado una de sus afamadas fiestas temáticas. Para la ocasión iba caracterizado como DJ Cruz y su habitual vestimenta inclasificable. Mercedes iba de La Novia Cadáver, Raquel de Miércoles Addams y Miguel Angel de El Hombre Invisible.

Mención aparte merece el Tigre, que parecía recién llegado de Transilvania en su caracterización de Conde Drácula, incluída una capa de "cierto pelo" y una dentadura que tratamos de meter en el cuello de una Coronita para que el limón no se sintiera tan sólo.

La gente se lo curró de lo lindo, y para muestra un botón, el que le faltaba en medio de la panza a un elemento posiblemente humano disfrazado de muerto viviente con un boquete por donde se clavaba y desclavaba una daga que sacaba de sus propias tripas lleno de sangre, intestinos y demás delicias.

Como a las 4 de la mañana en La Calle Centro, a ritmo de pseudobakala, alguien vestido con ropas de calidad (no era un mero disfraz) pertenecientes a algún obispo o similar, con su mitra, su tiara y todos los complementos (incluso una monja) se adentraba entre la multitud bailanrina y pecadora repertiendo bendiciones mientras sonreía beatíficamente. Decididamente no están buenas las cabezas.

Despuntaba ya el alba cuando en el piso de unos amigos, en la Pza. de la Aurora, Juan de la Cruz y Rubén probaban las capacidades transmisoras de la voz de un tubo de cartón de varios metros de longitud mientras un simpático cánido apagaba sus furores reproductivos con la pierna de Rubén.

Aquí hay más fotos.

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