El Satanasismo es lo que tiene, que te juntas una mañana tonta en la Sede del Consejero Prández y a lo tonto a lo tonto se te hace la hora de comer y nada, que hay que apretarse unos platos de deliciosa pasta al dente con riquísimo salmón salidos de las expertas manos de Mitxelo, anfitrión elegante a la par que sifisticado pero no por ello menos afable y cordial. Y es que una vez alimentado el anima, ¿como dejar sin consuelo al corpus?
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