Christopher Lee siempre ha sido para mí el genuíno Drácula, a pesar de que no fue ni el primero ni el mejor en encarnarlo en la pantalla grande, pero sí que es quien aparecía en la mayoría de las películas sobre el Conde de los No Muertos que veía en mi niñez.
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La soberbia "Drácula" dirigida por Terence Fisher en 1958 (también conocida a veces como "El horror de Drácula") fue una de las películas que me marcaron en mis tiernos años de inocencia, junto con otros clásicos de la mítica productora Hammer Films como "El sabueso de los Baskerville"o "La Momia", dignas herederas de las clásicas películas de monstruos de la Universal rodadas en la década de 1930 (hace ya más de SETENTA años).
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Esta noche la cadena TCM de cine clásico está emitiendo un interesante programa doble, "Drácula, Príncipe de las Tinieblas" y "La novia del diablo", y aquí estoy, disfrutándolas.
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Hace unos meses tuve la suerte de asistir a un ciclo de cine de la citada Hammer programado por la Filmoteca Regional Paco Rabal en Murcia, en el escenario incomparable del viejo Cine Salzillo, la última pantalla de Cinerama que quedaba en Murcia y cerrada como sala comercial hace dos años.
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Más de una docena de deliciosas películas de monstruos, sangre y soterrado erotismo sesentero que un puñado de aficionados tuvimos el placer de disfrutar en pantalla grande. A la mayoría de ellas fuí acompañado de mi amigo Ramón, cinéfilo empedernido, que algún día asombrará al mundo con su tesis doctoral sobre las películas de Terence Fisher sobre Drácula.
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Recuerda... "la sangre es la vida".
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http://www.hammerfilms.com/
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