El castillo de Mula, de origen árabe, se amolda a los escarpados riscos (siempre quise escribir esas palabras) y domina el fértil valle circundante, trayendo reminiscencias de tiempos pasados y amontonando pesar por el desden actual. Orgullos pretéritos, vergüenzas presentes. Piedras viejas y aires modernos.
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