Ania circula por la vida con una sonrisa deslumbrante y feliz y unos ojos de sonrisa fresca.
.
Ania riega sus plantas con la regadera que acaba de comprar y que deja encadenada a su bicicleta para que ningún amigo de lo ajeno se lleve la tubería del gas ciudad que trepa por la fachada de un viejo edificio del centro.
.
Ania tiene en su voz la música exótica de quien viene de más allá de la Venta del Olivo e incluso de más allá de los Pirineos. Cubre su pelo con un gorro de lana del que escapa una trenza rubia.
.
Ana es tan simpática que me deja enseñaros su bici, su regadera y mis impresiones sin saber nada más que mi nombre.
3 comentarios:
Y Ania está chingable??
Güey, un respeto...
Y sí, es muy mona.
Genial...esa bici, esa regadera, esa ana.
Publicar un comentario