Soren Peñalver en "El ciclo del amor"

Nos ha dejado sin palabras.
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Soren es una categoria en si mismo y lo ha demostrado con su participacion en "El ciclo del amor", serie de conferencias que organiza con maestria Lola Gracia en la Biblioteca Regional (el anterior conferenciante fue Josep Tomas, la proxima invitada sera Carmen Posadas).
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La excusa era hablarnos de la obra de Hal-lach, poeta mistico sufi del S. X, gran influenciador de, por ejemplo, Omar Khayyam (el de las inolvidables "Rubaiyat") asi como aproximarnos a la figura de Margarita Porete, belga autora en el S. XIV del libro "El espejo de las almas simples". Partiendo de esos dos interesantes (y desconocidos para el gran publico) autores, hemos recorrido sus concepciones del eros trascendente.
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Soren Peñalver nos ha cautivado con su diccion pausada y cargada de sentimiento mientras recorriamos de su mano amable unos paisajes espirituales transitados hace mil años por otras pieles y otras mentes que a pesar de estar en la otra punta del mundo no dejaban de ser familiarmente cercanas para todo aquel que alguna vez haya sentido que en el amor y la pasion habia algo mas trascendente que la propia materia que recorren nuestros dedos, nuestros labios.
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Al eros trascendente se llega desde el amor mistico, y acompañados por fragmentos musicales que envolvian la historia que Soren nos contaba y los fragmentos poeticos que nos regalaba con su suave voz los delicados rasgueos de guitarras exoticas nos transportaban a oasis calmos de lirismo de ensoñacion en este dia en que centenares de miles de murcianos salian a las calles con el agua como motor.
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El errabundo de la composicion musical deambulaba en busca de la sombra del sol, lo que inevitablemente me rememoraba a otro enamorado de los sufies y los saberes orientales, mi idolatrado Franco Battiato y su "sombra de la luz" ("... los gozos del mas profundo afecto / o del anhelo mas sutil del pulso / solo son la sombra de la luz..."). Mientras avanzaba la noche ibamos aprendiendo de aquellos que pusieron todo su afan en abrazar el todo, de quienes practicaban la religion del amor sin importar en que direccion viajara la caravana de este, recelando de los puristas que siempre quieren ser exclusivistas y concediendo que todos los amantes son mentirosos, hasta con Dios.
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El eros, en fin, refleja la hondura del alma, da alas a la vida y nos hace creer firmemente en la encarnacion, pues Dios se hace carne en nosotros y cuando tocamos un cuerpo nos acercamos a la Divinidad. Quiza por eso algunos encontramos mistico el orgasmo y cerramos los ojos para seguir encontrando entre el ojo y el parpado la vision de la persona amada.