Banquete de bodas

En el delicioso jardin un quinteto de cuerda borda el Canon de Pachelbel.

.

Dentro de la carpa un sabroso catalogo de suculentos manjares en forma de buffet, con mesas para sentarse sin las rigideces de los tradicionales banquetes, continuos viajes a picotear, platos cargados de pequeños placeres gastronomicos y solicitos camareros que encuentran el momento justo para acercarse con una bandeja en la que siempre hay algo sabroso.

.

Mi primo Lolo oficia de estupendo padrino repartiendo unos puros que guardamos mi hermano Rafa, mi primo Antonio y yo como recuerdo, pero que decidimos inmortalizar en plan "Los intocables de Elliot Ness" o quiza "Los Cuatro Renteros del Apocalipsis".

.

A la salida nos despedimos del pequeño remanso de agua y velitas, mi primo Antonio con una rabona digna de la ola en Maracana pero que solo obtiene la amonestacion del novio. Una vez abandonado el lugar del banquete damos la nota en el autobus de vuelta a la capital del Reino con canticos populares murcianos, diciendole al conductor que vuelva que nos hemos dejao las gallinas, y como al llegar a la Castellana nos llaman nuestros primos Nacho y Pitu avisandonos que Pacha ya esta cerrado pues cogemos a Mari y Sol y nos vamos a dormir antes de que el sol despunte. Pero justo antes, ojo.