Gran hallazgo en Caravaca de la Cruz, un yacimiento de 4.000 años de antigüedad con restos de más de 1.300 eres humanos, en lo que sería el enterramiento más numeroso conocido de la Prehistoria peninsular, sobrepasando con creces el enterramiento de San Juan ante Portam Latinam en Álava, que cuenta con restos de 300 individuos. Parece ser que la gran cantidad de difuntos hallados se debe a que ese asentamiento de población tuvo una gran estabilidad que permitió que a lo largo de unos 400 años se sucedieran los enterramientos de los miembros de las diversas familias que allí vivían... dada la esperanza de vida de la época, generaciones y generaciones.
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El hallazgo, además de suponer un hito para los estudiosos de nuestros antecesores de gran magnitud, llama a la reflexión por diversas cuestiones, no solo la referente a la piojera [(c) Pepito Egea] de protocaravaqueños que hay en ese lugar, quizá un antecedente de los resorts actuales, sino por pequeños detalles, que suelen ser los que dan cuenta de la auténtica dimensión del asunto.
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Por ejemplo, se ha encontrado unos 50 perros enterrados también en el lugar, lo que indica que no es una moderna frivolidad típica de la Paris Hilton del momento eso de profesar al cánido doméstico un amor que trasciende la existencia mortal.
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Pero lo que me parece más reseñable en esta época en la que se ha desatado la veda del constructor, acusado de destruir el valioso patrimonio medioambiental, es que el hallazgo se produjo a raíz de los trabajos de excavación de las obras de una promoción de viviendas en pleno casco urbano y que según el propio Ayuntamiento no solo el promotor fue quien comunicó el hallazgo sino que al parecer ha demostrado una sensibilidad, una implicación y una disponibilidad continua a lo largo del proceso que han sido calificados, como digo, por el propio consistorio como "ejemplares".
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Estos oídos pecadores que la tierra y los gusanos se han de tragar algún día, a semejanza de los protocaravaqueños que acaban de salir a la luz, han escuchado, en referencia al fichaje como jefe de prensa de Alfredo Urdaci por parte del conocido constructor Francisco Hernando "el pocero", calificativos a esa labor profesional de comunicación del calibre de "¿se puede caer más bajo?". Supongo que eso deja como probos miembros de la sociedad a los matones de discoteca, los secuaces de las bandas mafiosas, los maltratadores domésticos y los violadores de niñas. El constructor es el enemigo a batir en esta CRISIS que hace menos de un año no existía y cuya mera mención te podía hacer acreedor de la etiqueta de "antipatriota". Suya es la responsabilidad de nuestra situación, suya la espalda sobre la que han de caer todos los palos y suyos los millones de parados que crecen por doquier, como el césped de los resorts.
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Pero en fin, parece ser que de vez en cuando algún miembro de la Mafia del Ladrillo, por error tal vez, es capaz de una buena obra.
4 comentarios:
Je, je, je, no sé que dirán los arqueólogos de la foto que ilustra esta entrada. A mí me ha gustado mucho.
En cuanto a la figura del constructor... por mi profesión conozco y he conocido bastantes, y de bastantes tipos. Se ha generalizado tanto, se les ha señalado como gente sin escrúpulos, parásitos sociales...Es cierto, hace tiempo se instauró como me comentó uno de ellos "la caza del constructor".
Hay constructores "como en botica". He conocido tipos "endiosados", creídos, "chulos" y que no se dignan a dirigirte una palabra... Pero también gente que ha empezado desde muy abajo y que ha intentado abrirse camino poco a poco y han llegado más o menos arriba y no se lo tienen creído, preocupados por ellos, pero también por sus empresas y por tanto por si pueden "irse a la calle" sus trabajadores. Hay como uno (cliente mío desde mi época en el Noroeste) que me dice "los que hemos abarcado poco..." y sufren menos la crisis porque son pequeños constructores, hay los que vienen con cara larga contando su situación amarga y la de su gente, (alguno también de mi etapa anterior), y hay los que despóticamente pasan de todo y todos...
Con esa foto de entrada creí que en cualquier momento ibas a decir que junto a los restos de miles de años habían encontrados envoltorios de huesistos...
Lo de la foto de HUESITOS es una sutil alegoría de las mías ;-)
Había encontrado tb una foto de un envoltorio de esta deliciosa chocolatina que no puede faltar en nuestros añorados Maratones, pero aunque es más pequeñica me gusta más esta de la caja, por aquello de transmitir la idea de la montonera de huesos :-)
Tampoco quiero yo santificar a los constructores, pero es lo que hemos hablado alguna vez, las generalizaciones suelen ser bastante nefastas. Yo tb tengo algún conocido e incluso algún buen amigo entre los que magníficamente has descrito como "los que abarcamos poco", gente magnífica, honrada, trabajadora y pensando en algo más que en el Porsche Cayenne (por cierto, ¿a que ahora no se ven tantos?), el punto de amarre y esas cosas.
Totalmente de acuerdo, tocayo. Y efectivamente ya no se ven tantos Cayenne. Conozco uno que antes llevaba un "Audi Q7" y ahora ha vuelto a un Polo que tenía antes... Como decía mi primo respecto a los VW Touaregs "parece que los regalan". Un compañero mío recuerda a cierto constructor (conocido) pasear por nuestra City en limusina...
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