Chismecicos: Portátiles de cine

Cada día aparecen nuevos aparetejos y cada día los puedes encontrar en "CHISMECICOS".

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Poco a poco los ordenadores portátiles van ganando su lugar en casa, quedando los sobremesa poco a poco arrinconados y destinados al uso como máquina de juego, por la facilidad para actualizar componentes y la posibilidad de contar con procesadores más potentes, más memoria, tarjetas gráficas más avanzadas...

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Enlazando quizá con la entrada anterior en la que hablábamos de las soluciones habitacionales, los pisos más pequeños, apartamentos, la movilidad y otras causas coadyuvan a que cada vez más usuarios se decanten por un portátil aunque sólo sea por la razón de ahorrar espacio.

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Un sobremesa, además, necesita un sitio fijo, la torre de la CPU ocupa más espacio... el portátil se puede usar en un escritorio, la mesa del comedor, sobre las piernas sentado en el sofá o en la cama... y últimamente, además, con la salida de ordenadores portátiles con pantallas panorámicas y de gran tamaño (15 y 17 pulgadas) ha surgido un nuevo uso: ver películas en el ordenador en sustitución de la televisión.

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Dando el do de pecho en ese uso ACER acaba de presentar su gama Aspire Gemstone Blue, equipos perfectamente diseñados a tal fin. Cuentan con pantallas panorámicas de hasta 18,4 pulgadas en formato 16:9 (hasta ahora los portátiles con pantalla panorámica tenían un formato 16:10), resolución 1920x1080 (1080i - FullHD), reproductor de Blu-Ray, sistema de altavoces Dolby 5.1 con 6 altavoces integrados. Además cuenta con teclado numérico y una zona de control táctil desde la que poder manipular con efectividad y estilo diversos parámetros. Por no hablar del procesador Core2Duo o de los dos discos duros de más de 300 Gb cada uno.

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Todo un ejercicio de estilo, pero también una magnífica manera de que el cine en casa sea transportable. Porque todo hay que decirlo, el bicho pesa algo más de 4 kilos y tiene un tamaño de casi medio metro de ancho, pero con todo y con eso siempre será más fácil de mover de un sitio a otro que una torre de un sobremesa... y porque no decirlo, mola más.