Liberales habituales

Había algo conspirativo en el marco del evento.

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Un salón de actos situado en el sótano del Museo de Bellas Artes de Murcia. Con vestigios de muralla romana en la pared tras los protagonistas. Casi ocultos bajo tierra en íntima comunición cuasi de logia. En el centro de la mesa José María Lasalle. De hecho insistió en su postura central, centrada, centrista. Lasalle es profesor de Filosofía del Derecho y diputado por Cantabria del Partido Popular en el Congreso. Se encontraba en Murcia para presentar su libro "LIBERALES", reflexión y repaso histórico sobre una doctrina de pensamiento que surge con la aparición en la Inglaterra de Locke (no el de "Perdidos", el otro) y Adam Smith de "un individualismo virtuoso comprometido con la defensa pública de la libertad frente a la amenaza del absolutismo". Una responsabilidad del individuo por defenderse (a sí mismo y a sus semejantes) del poder y sus abusos.

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Le acompañan Enrique Ujaldón, Director General de Bellas Artes y Francisco Giménez Gracia, Director General de Promoción Cultural, profesor de Filosofía y traductor de Locke (sigue sin ser el de "Perdidos"). También acompaña al autor que presenta su libro esta noche Pedro Alberto Cruz, Consejero de Cultura de la Región de Murcia, profesor de Historia del Arte y amigo al que quiero y admiro a partes iguales desde hace unos 15 años. Entre otras cosas por eso en esa foto que acompaña a este texto me he tomado la libertad de colocarme a su lado.

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Entre el público peligrosos asistentes que buscan la comunión con las ideas liberales en este acogedor sótano bajo el arte. Políticas que dirigen museos pese a lo cual no dejan de ser personas excepcionales que destilan cariño con su amable y sempiterna sonrisa, blogueras de profundo amor por la cultura, blogueros liberales que, evidentemente están en su salsa, otros a los que no se les va la olla o no dejan de otear el horizonte productivo, las que luchan por mantener su talento aunque sea viviendo al filo, los que nos invitan a dejar que el surrealismo invada nuestras mentes y estimule nuestras neuronas o los que, en fin, tan solo pretenden que no se olvide la virtud cívica y política.

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Mucho bloguero suelto... ¿casualidad?

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El liberalismo trata fundamentalmente de sacudirse los dogmas y manifestar el papel del individuo frente a los abusos del poder, potenciar el progreso invidual extendiendo el efecto de sus resultados al colectivo en su beneficio tras un proceder virtuoso, rompiendo con los discursos unitaristas y uniformadores y favoreciendo la tolerancia y la libertad de expresión como cauce para desarrollar la voluntad popular.

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Resulta sobrecogedor escuchar las palabras de los presentes, personas con una excelente preparación académica, con una envidiable formación intelectual, con una asombrosa capacidad de reflexión filosófica... y además ocupando cargos políticos relevantes. No puede sostenerse ya la afirmación de que "todos los políticos son iguales".

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Lasalle desgrana de manera lúcida el iter criminis de su libro, gestado un 14 de julio y parido un 4 de julio un par de años más tarde. No puede ser tampoco casualidad que las emblemáticas fechas que conmemoran la Revolución Francesa y la Independencia Americana correspondan a los hitos entre los que se sitúa la gestación de este "LIBERALES" que narra casi como si se tratase de una aventura el nacimiento y la evolución de unas ideas que situaron a los eruditos de una época frente al poder absoluto y lograron despertar en el individuo la pasión por desarrollar un gobierno virtuoso de los hombres frente a un absolutismo aplastante.

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Como expone el propio Paco Giménez, "el momento liberal ha sido siempre un momento ético, una propuesta de gobierno virtuoso, sin más afán constitutivo que el combate de la tiranía y la defensa de las libertades individuales; y con la vista puesta siempre, no en el imperio del mercado, sino en la contención del poder y en el gobierno de la virtud, entendiendo por tal, aquel que sea consciente de la capacidad regenerativa y de la potencialidad de progreso individual y colectivo latentes en un gobierno que se abstenga de experimentos de ingeniería social y se limite a instaurar el gobierno de la ley; a favorecer la industriosidad, y a defender la tolerancia y la libertad de creencias, asociación y expresión".

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El individuo asusta al poder. Hay quien ofrece una falsamente idílica preponderancia al colectivo anónimo tratanto de disolver la individualidad por considerarla perniciosa, aboga por el pensamiento único (cuando se permite el pensamiento). Se asfixia al sujeto privándole de la capacidad de elección.

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Ante lo que le rodea, ante esta vida que Ortega definía como "una extraña combinación de azar, destino y carácter, José María Lasalle defiende que el liberal, que es en el fondo un empirista, se alimenta de los errores y por ello es moderado porque tiene una aproximación tranquila y reflexiva a los problemas.

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Y de esa contraposición calmada de ideas, de ese intercambio de pareceres, de ese convencimiento de que la homogeneización conduce a la pobreza intelectual y que el intercambio de opiniones enriquece al hombre y le hace virtuoso, es de donde sale la defensa a ultranza de un individualismo pujante, sereno y combativo contra los abusos de poder. Las transacciones comerciales nos enriquecen, y cuanto más variadas mejor, pero es que el ser humano también se enriquece intelectualmente cuando hay un mercado de ideas en el que poder intercambiar con profusión y libertad.

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Puede ser esa la razón por la que esta noche nos hemos encontrado de manera casual en este acto una variedad de personas que creemos en la libertad del individuo y su importancia frente a la masa adocenable, la "mansedumbre" (grupo numeroso de gente, aunque pacífico) aquiescente y por encima de todo en la comunicación imparable.

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Puede ser esa la razón que nos haga seguir siendo blogueros, seguir alzando nuestra voz en ceros y unos que se entremezclan con el resto de la blogosfera, que se enriquecen con los aportes de los comentaristas y que nos permiten nuestra humilde cuota de virtud entendida como progreso individual y social, compartiendo nuestras ideas, enriqueciéndonos con las de los demás, defendiendo nuestra posición frente al poder y manifestando nuestra identidad intelectual como reducto ultimo de nuestra existencia.

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Os invito a ser liberales y como defendía John Locke debemos buscar la felicidad en la tolerancia de forma individual, aunque esa felicidad humana suele ser una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. Y no, que no es el Locke de "Perdidos".