Esto de dejar en barbecho los blogs personales, al menos en mi caso, sólo tiene una excusa: dedicación profesional a blogs ajenos.
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Se cumplen ya dos años desde que en GIZMODO me ofrecieron la gran oportunidad de colaborar cada día en forma de media docena de artículos diarios (de lunes a viernes, menos mal que descanso los findes) relativos a un mundo que me fascina, el de las nuevas tecnologías, algo que ya había tocado en mi querido blog CHISMECICOS.
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Ahora comienzo también a colaborar periódicamente con ESPACIO PÁTICO, iniciativa multidisciplinar, reflexiva, transmutable y esencialmente creativo, al centrar su contenido en arquitectura, fotografía, diseño y arte en general, siempre como espejo en el que se reflejan las inquietudes del hombre actual.
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ESPACIO PÁTICO es una iniciativa que surge de la protéica Mamen Navarrete, y a ver quién es el guapo que le dice que no cuando te propone embarcarte en alguna aventura tan apasionante como esta. En mi caso inicio mi colaboración con ella mediante este artículo sobre una de esos proyectos capaces de entusiasmar e ilusionar, algo casi imprescindible en estos tiempos que corren para permitir a los atribulados habitantes de la urbe un lugar donde se encuentren la armonía y el bienestar, en definitva, un espacio pático.
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Podéis ver aquí en qué consiste la Torre Taiwan, la torre Eiffel del s. XXI.
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Cortesía de ESPACIO PÁTICO.
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