Casi 11 millones de votos aupan a Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno de España en un de los momentos más delicados y difíciles de nuestra Historia.
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Hace falta mucho esfuerzo y sacrificio para levantar esto y no va a venir nada mal que a algunos les dejen prosperar, especialmente cuando otros les han impedido hacerlo en los últimos años
aconsejándoles incluso que cierren su negocio.
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Planteo una pequeña reflexión aritmética después de conocer los
resultados electorales. De los 186 escaños del Partido Popular 8 corresponden a Murcia, 20 a la Comunidad Valenciana y 4 a Almería, algo más de 2 millones de votos. En Castilla-La Mancha el Partido Popular ha obtenido 14 escaños y en Aragón 8, con menos de un millón de votos en total.
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Por completar datos, si nos vamos al
PIB segmentado por CCAA, Murcia y Valencia cuentan con 135 mil millones de euros (sin contar Málaga), mientras que Aragón y Castilla-La Mancha apenas con llegan 70 mil, casi la mitad. Una diferencia considerable teniendo en cuenta además que la
población de Valencia y Murcia es de unos 6 millones de habitantes y la de Aragón y Castilla-La Mancha de 3,3 millones.
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No queremos ningún regalo, queremos comprar (lo que implica pagar a cambio) aquello que sobra, si sobra, evidentemente. El año que el río venga con poco caudal bastante tienen en la cuenta cedente con mantener el necesario equilibrio ecológico. Y nadie me lo ha contado porque he estado en las desembocaduras del Tajo y el Ebro. Y allí lo que he visto es que hay bastante agua, especialmente en el Ebro, que cuenta con sus propios canales paralelos al cauce para proveer de agua a las huertas colindantes, no a las que están a centenares de kilómetros sino desde
bien cerca y a ambos márgenes, cosa que veo imprescindible y me duele que en Aragón o Castilla-La Mancha tengan tanta agua tan cerca y no puedan aprovecharla por falta de infraestructuras.
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Hace 7 años se laminó el Plan Hidrológico Nacional que pretendía extender la solidaridad en el uso y la gestión de recursos hidráulicos por las distintas Comunidades Autónomas, usado torticera y politicamente para terminar enfrentando regiones. Hemos perdido el tiempo en discusiones y el dinero en desaladoras. Ahora el mismo partido que entonces pretendió que lo que a unos les sobrara (cuando le sobrara) se repartiese (pagando, que esa es otra, parece que el agua se le regala a los regantes) entre quienes lo necesitaban y no lo tenían no tiene obstáculo alguno en el color político de los gobernantes.
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El Gobierno central de Madrid y los autonómicos de Aragón, Castilla-La Mancha, Murcia y Valencia es del mismo color... azul... como el agua. Y ahora es cuando no hay excusas, cuando no se le puede echar la culpa "al otro" porque ese otro es "de los nuestros". Ahora es cuando hay que mojarse y escuchar a esos dos millones de votantes que han apoyado a esos 32 diputados del Partido Popular para que, entre otras muchas cosas, cumplan de una vez ese deseo pospuesto durante tantos años y que de una vez por todas perdamos la sensación de estar clamando en el desierto y tengamos AGUA PARA TODOS.
